9.1.25

Las Hormigas



Las hormigas se comen las sobras de la cocina,

sin urgencia, sin memoria.

Van y vienen,

siguiendo un camino

que no marcaron ellas,

pero que es suyo.


No saben qué fue

lo que ahora es migaja,

si pan, si fruta,

si el resto de algo que alguien quiso

y dejó atrás.


No se preguntan por la mano

que partió el pan,

por la boca que no terminó de masticar.

Solo siguen,

en fila,

como si siempre hubiera sido así,

como si el mundo

les debiera

esas migajas.


Las veo en la mesada,

en la línea de sombra

que deja la tarde en el suelo,

suben por la taza,

siguen una ruta ciega

como si al final hubiera algo

más que el final.


No las ataco.

Borro sus caminos con un dedo,

cierro la tapa del azúcar

como quien clausura una puerta

que nadie cruzará.


Apago la luz,

prendo el agua para el mate.

Me siento en la mesa limpia,

como si la mesa pudiera ser

otra cosa más que eso,

un espacio vacío

a la espera de algo

que inevitablemente regresa.


Y sé que mañana

volverán.


Como yo.

Como todos.

Como si siempre hubiera sido así.

Como si en realidad

nunca nos hubiéramos ido.

Lengua Madre

 Imaginá esto, una mujer se sienta frente a una computadora vieja, en Colón, con un ventilador que hace un ruido que podría ser una vocal qu...