9.1.25

Ciudad y Tráfico



Los edificios se apilan,

siguen la línea del horizonte

como libros cerrados,

como piedras puestas

una sobre otra

por manos que ya no recuerdan

por qué.


El tráfico avanza,

como un río que nunca supo

de cauces ni descanso.

Autos en fila,

faros que parpadean

como estrellas cansadas,

como si la noche estuviera abajo

y no en el cielo.


Las bocinas hablan

un idioma sin pausa,

pero nadie responde.

Solo el semáforo,

con su verdad repetida:

verde, amarillo, rojo,

otra vez,

como el tiempo sin sombra,

como el sol sin estaciones.


Las ventanas reflejan el día

pero no lo guardan.

El humo de los motores

sube,

se mezcla con el viento,

y desaparece,

como si la ciudad

respirara su propio olvido.

Lengua Madre

 Imaginá esto, una mujer se sienta frente a una computadora vieja, en Colón, con un ventilador que hace un ruido que podría ser una vocal qu...