12.1.25

Las cosas que hay en el baño

Una bata blanca espera en el perchero,

símbolo inmutable de una rutina que se repite sin fin,

¡Azules! ¡Azules! que sueñan el color del cielo,

una imposición constante sobre la corriente

que nadie parece ver.

El aroma del jabón se mezcla con el incienso,

parece jazmín de una plaza,

una vela parpadea su luz cálida y tenue,

clara señal de calma superficial,

las gotas de agua caen rítmicamente,

llenando el silencio matutino,

como una banda sonora que intenta ocultar la realidad.

Una mujer triste se lava los dientes,

sus ojos nublados buscan respuestas en su propio reflejo,

sus dedos trazan líneas invisibles sobre la superficie fría,

cada mirada revela historias de desvelo,

ella amó y no la amaron,

su Madre amó y no la amaron,

su Abuela amó y no la amaron,

como un ciclo constante de la naturaleza.

Las cortinas filtran la luz natural,

un juego de claros y oscuros sobre las baldosas,

el espejo refleja no solo una imagen, sino un alma,

las plantas de interior luchan por la luz,

verdes,

persistentes,

como intentos desesperados de mantenerse vivas.

La puerta entreabierta susurra,

mientras un reloj de pared detiene su tic-tac,

cada objeto tiene su memoria, cada sombra una emoción.

En el corazón de todo,

la soledad canta su eterna canción

cada sombra una emoción, cada objeto tiene su memoria,

momentos congelados que no van a avanzar,

preservando instantes en la memoria,

mientras un reloj de pared detiene su tic-tac,

la puerta entreabierta susurra,

como intentos desesperados de mantenerse vivas,

persistentes,

verdes,

las plantas de interior luchan por la luz,

el espejo refleja no solo una imagen, sino un alma,

un juego de claros y oscuros sobre las baldosas,

las cortinas filtran la luz natural,

como un ciclo constante de la naturaleza,

su Abuela amó y no la amaron,

su Madre amó y no la amaron,

ella amó y no la amaron,

cada mirada revela historias de desvelo,

sus dedos trazan líneas invisibles sobre la superficie fría,

sus ojos nublados buscan respuestas en su propio reflejo,

una mujer triste se lava los dientes,

como una banda sonora que intenta ocultar la realidad,

llenando el silencio matutino,

las gotas de agua caen rítmicamente,

clara señal de calma superficial,

una vela parpadea su luz cálida y tenue,

parece jazmín de una plaza,

el aroma del jabón se mezcla con el incienso,

que nadie parece ver,

una imposición constante sobre la corriente,

¡Azules! ¡Azules! que sueñan el color del cielo,

símbolo inmutable de una rutina que se repite sin fin,

una bata blanca espera en el perchero.


Lengua Madre

 Imaginá esto, una mujer se sienta frente a una computadora vieja, en Colón, con un ventilador que hace un ruido que podría ser una vocal qu...