9.1.25

La Casa de la Puerta Verde



Hay una casa con puerta verde

que amo,

pero nunca es mía.


Paso frente a ella

como quien pasa frente a un recuerdo

que no le pertenece.

Las ventanas reflejan la tarde,

pero no la guardan.

Las paredes sostienen historias

que no cuentan nada.


Alguien la habita.

Alguien enciende luces

cuando la noche llega

y cierra las cortinas

como si cerrara los ojos

a lo que está afuera.


Pero yo sigo ahí,

en la vereda,

mirando la puerta

como si pudiera abrirse,

como si el verde

fuera más que un color,

como si, al tocarla,

la casa me reconociera.


Y cuando me voy,

cuando la calle se pliega

sobre mi sombra,

cuando la ciudad se disuelve

en pasos ajenos,

la casa sigue ahí,

intacta,

como el eco de algo

que nunca se dijo,

como la sombra de un árbol

que nunca estuvo,

como si el verde no fuera verde,

sino solo la memoria

de un color

que nunca existió del todo.


Y entonces,

cuando ya no estoy,

cuando ya no miro,

cuando la puerta verde

es solo parte de la noche,

sigo  ahí,

como un pensamiento olvidado

en la casa de alguien más.

Lengua Madre

 Imaginá esto, una mujer se sienta frente a una computadora vieja, en Colón, con un ventilador que hace un ruido que podría ser una vocal qu...