17.1.25

La herida del sueño



La luz no llega,

pero insiste,

un dibujo en el polvo

que nadie termina.


Es inútil el sueño,

pero insiste también,

como un pez atrapado

en un río sin agua,

como un espejo que devora

la sombra de quien lo mira.


No hay pérdida,

solo el eco del deseo

pateando piedras al borde

de un abismo inventado.


Las cosas nunca son completas,

el árbol que extiende sus raíces

a un suelo sin nombre,

el color del día

desgastado en su propio borde.


¿Es esto despertar?

Tal vez,

pero es un despertar que no

 llega,

una grieta en la costumbre

por donde el sueño respira.

Nada muere. Todo cambia de forma (y al final, probablemente, te reís)

  Nos pasamos la vida entrenando para cosas que nadie nos pidió: rendir, parecer productivos, tener éxito en algo que no entendemos del tod...