El chaparrón del tiempo
abre la ilusión de la semilla,
comienza la raíz a atornillarse
en esa tierra verde del jardín.
Se esparce néctar por el aire,
robándole profundo una sonrisa.
Enjambres de abejas asisten,
a la fotosíntesis en todo su esplendor.
El jardinero mira de pie su creación,
acaricia los pétalos y tararea todavía
una canción sobre el calor del sol.
Más tarde, la flor sacudirá perfume
de pistilos como en un cuento de hadas,
el mundo será pura belleza sobre un patio,
la claridad infinita centellará la casa.