7.8.09

Secretos de mujer

perfumada en agua de torrente una pollera
pone en pie la forma de mujer
callados testigos absortos de la belleza
iluminan el enérgico paisaje


de boca la pollera teje conversaciones
blandos deseos a la sombra


niega al mundo cierta mirada que cale:
los temidos frutos del amor
circunvalaciones en los pensamientos
notoria claridad de las palabra
simágenes mentidas humanas falsedades
recorren hilo por hilo la menuda falda


el hombre tiene el deber
eufórica obligación de echar un vistazo
a ese desnudo cuadro distraído a los impulsos
en las finas curvas de la tela


cataratas enredadas en un cuerpo
más que un par de remos metidos en una falda
destellando una mujer


el fuego por dentro tiene que ceñirlo
en pensamientos de fecundación
para desvanecerse sigiloso ante magnánima fiesta


cuando una mujer goza pollera
serena desconsuelos en un pequeño estanque
que pega con la intensa fuerza y furia
de un minúsculo volcán en erupción
entonces el ecosistema revienta
y fantasías relucen como fondo de moneda


hombres dislocados se trepan
a valientes barcos de vapor
les repiquetea en la nuca violento aire
brizna: viento de verano
el juego de motor en acelerados latidos
se activan con el roce voluptuoso de la piel
y luminosos chispean caracoles salidos de la costra


germinan diálogos en las frágiles costuras
que se mecen en obrera prominencia
donde brota pasión por todos los costados
no hay mancha floja al desgranarse
y el humo dibuja sencilla arquitectura


una mujer con pollera fabrica atractivos saltos
gobierna el vientre e inclina la figura
hasta ahogarse en el apareamiento
con lucidez engendra gemidos mortíferos
que despliega en círculos y en la espalda los extingue


baraja en haz de espadas como redes
del color de un manantial y en húmeda calmal
leva fuego mordiendo la cadera


tímida es la rama de visiones torcida y compleja
explosión es la libertad en el hombre


en su hermosura bailan pájaros a la sombra
moja las costas de voluminosas miradas
donde celos y amores
están burlando la contemplación


lleva la tabla de los mandamientos al revés
reflejo de pura agua viva
metida dentro de lo espontáneo


cuando el diáfano sol alborotado
vuelve cristal la pila de su divinidad


el hombre delira ante la huella
se le enamora el pecho con anhelo
de estar por debajo acariciando
los pliegues de la falda


con discurso varonil cautivo de la vergüenza
finge que la flor peregrina no lo ciega
flechas y arquero en la dulce danza del género


una pollera tiene el atrevido deseo de la locura
musicalidad al paso del agua
envuelve lo humano con promesas
de caricias y furtivos besos


pero primero al hombre para aprisionar
su vista a la deriva le convendría saber
qué lleva una mujer cuando pone piel en la pollera